Seamos Semilla en el mundo




Querida Familia de Descubriendo el Siglo XXIUno de los elementos fundamentales en nuestras celebraciones semanales de la Eucaristía lo es el escuchar y meditar fragmentos de la Palabra de Dios. Muchas veces no tenemos tiempo de escucharlos con calma. Deseamos tener ese tiempo necesario para que la Palabra viva de Dios penetre nuestras vidas. Necesitamos escuchar a Dios. Esa es una de las razones que nos lleva a poner en nuestra página las lecturas correspondientes tanto de cada domingo del año como de ciertas fiestas importantes de nuestro calendario litúrgico. Esperemos que este nuevo servicio de difusión de la Palabra de Dios sea de su agrado y, sobre todo, les ayude a escuchar a Dios que nos habla a través de su Palabra.

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Palabra de Dios

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Tuesday, May 29, 2018

Corpos Cristi 03 de Junio de 2018-B B

PRIMERA LECTURA
Festividad del Cuerpo de Cristo
Éxodo 24,3-8
Ésta es la sangre
de la alianza que hace el Señor con vosotros
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: "Haremos todo lo que dice el Señor." 
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. 
Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. 
Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos, y vacas como sacrificio de comunión. 
Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. 
Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: "Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos." 
Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: "Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos."  
PALABRA DE DIOS
Salmo responsorial: 115
Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,  invocando su nombre. R.
Mucho le cuesta al Señor  la muerte de sus fieles. 
Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava;  rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,  invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos  en presencia de todo el pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
Hebreos 9,11-15
La sangre de Cristo podrá purificar nuestra conciencia
Hermanos: Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. 
Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. 
No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. 
Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo. Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna. PALABRA DE DIOS
SANTO EVANGELIO
Marcos 14,12-16.22-26
Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?" 
Él envió a dos discípulos, diciéndoles: "Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" 
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena."
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. 
Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: "Tomad, esto es mi cuerpo." 
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: "Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. 
Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios." 
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
 
Descubriendo el Siglo 21
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